Desde el pasado 25 de septiembre hasta el próximo 15 de noviembre, la SED tendrá abierta la convocatoria “Profes a la U: docentes que nunca dejan de aprender”. Su objetivo, tal como se lee en la página es “beneficiar aproximadamente a mil docentes y directivos docentes nombrados en propiedad en la SED y que quieran continuar o iniciar una especialización, maestría o doctorado”. Aunque esta convocatoria pretende cumplir con lo estipulado en el “Plan territorial de formación de docentes y de directivos docentes 2020- 2024 : “es con las maestras y los maestros”, quiero poner en cuestión las ausencias que la conforman:
Estas ausencias corresponden a incumplimientos a los Acuerdos firmados en el 2020 entre la ADE y la SED, relacionados con la formación de las y los docentes de la ciudad:
Primer ausente: el magisterio de la ruralidad
En el acuerdo 111 leemos que “la SED realizará convocatorias de formación posgradual, con programas específicos de posgrado en diferentes modalidades para los docentes que hacen parte de los colegios rurales de Bogotá”. Si bien los docentes de la ruralidad pueden participar en la convocatoria mencionada, no hay una priorización al magisterio rural. Es más, en el formulario de inscripción no se tiene en cuenta la pertenencia a las zonas rurales o urbanas.
¿Acaso debemos justificar la inversión en formación docente para el magisterio de la ruralidad bogotana? En Bogotá hay 28 colegios catalogados como rurales que están ubicados en 8 localidades (Sumapaz, Usme, San Cristóbal, Santa Fe, Chapinero, Ciudad Bolívar, Suba y Usaquén). En su conjunto, la ruralidad bogotana representa el 74.7% del área total de la ciudad.
En septiembre del 2021, la Universidad Javeriana publicó el informe “Educación rural en Colombia, retos y oportunidades a partir de las afectaciones del conflicto armado”. En el documento se muestra que una de las consecuencias de la guerra en las zonas rurales, ha sido la utilización sistemática y calculada de las escuelas por parte de los grupos armados. Se registraron 331 casos de afectación a colegios rurales desde 1990 hasta el 2020. Lo más preocupante es que han sido las fuerzas del Estado (policía, armada y ejército) las que más casos acumulan con 143, equivalente al 46% del total de los casos.
De otra parte, en el 2019 la Universidad de los Andes publicó algunos datos elocuentes: el 70% de los niños y jóvenes que no acceden al sistema educativo provienen de zonas rurales y más del 60% de las escuelas rurales no tiene agua potable. En el 2020 la deserción escolar llegó en todo el país al 16.4%, pero en las zonas rurales superó el 30%. Una de sus principales causas es la dificultad de acceso a internet, ya que sólo el 20% de los estudiantes de colegios rurales cuentan con conectividad y menos del 10% tienen un computador. Sin embargo, la convocatoria de Profes a la U no dice nada de la ruralidad.
Segundo ausente: las maestras con barreras de acceso a espacios de formación
El acuerdo 189 era claro: La SED debería diseñar «un mecanismo para que las becas de formación para especializaciones, maestrías y doctorados identifiquen a las maestras que tienen actualmente barreras de acceso (madres cabeza de familia, mujeres cuidadoras, desplazadas, en condición de discapacidad etc.) esto con el fin de poder superar dichas barreras».
El magisterio bogotano está conformado por 34.561 docentes. De estos, 10.704 son hombres y 23.857 son mujeres, que equivalen al 69.03%. El magisterio es un gremio históricamente feminizado, por lo que se requieren estrategias políticas enfocadas a sus necesidades y características. Sin embargo, su proporción en la composición de la planta docente de la ciudad, no es tenida en cuenta en esta convocatoria. Esto supone que a pesar de ser mayoría en el magisterio, las mujeres se encuentran en situación de desventaja para su formación, debido a roles sociales impuestos como, por ejemplo, el cuidado de madres, padres e hijos, o por efectos de la guerra como el desplazamiento.
Asistimos a la evidencia de un “techo de cristal” en la profesión docente. Se trata de una estrategia de discriminación laboral que sutilmente impide la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. La monografía “Efecto techo de cristal en Colombia: causas, consecuencias y Efecto techo de cristal en Colombia: causas, consecuencias y algunas soluciones propuestas algunas soluciones propuesta” publicado en el 2019, señalaba que en Colombia:
“a) las mujeres casadas entre 24 y 59 años con hijos menores de 16 años tienden a tener 10 veces menos participación laboral que los hombres casados con hijos
b) Las mujeres de cualquier rango de edad que no tienen una educación superior completa tienden a tener menor participación en el mercado laboral que los hombres con una educación secundaria no finalizada; y
c) La dependencia no económica de las mujeres en el hogar hace que las brechas salariales se mantengan y no se expliquen desde factores diferentes al de la productividad”
Tercer ausente: Los y las profes provisionales
Actualmente hay 8.024 docentes provisionales en vacancia definitiva y 689 docentes en vacancia temporal, que representan el 25% del magisterio de la ciudad. Sin embargo, son excluidos de la convocatoria, ya que se restringe la participación únicamente a los docentes de planta. Además de la inestabilidad laboral, el docente provisional no tiene la posibilidad de ampliar su formación profesional.
Por lo tanto, no todos los profes irán a la U.