Motivos para salir a un paro de trabajadores siempre existirán y más aún en un país como el nuestro caracterizado por la injusticia social, la pobreza y la persecución estatal histórica en contra de los sindicatos y trabajadores. Aún mas en el sector educativo, en donde el incumplimiento reiterativo de los acuerdos por parte del gobierno con la organización sindical ya se volvió costumbre. El magisterio colombiano tiene una larga experiencia en lo que respecta a la falta de palabra de los gobernantes de turno.
En lo que respecta al caso de Bogotá, nuestra organización sindical ADE, se posiciona como el más poderoso sindicato de primer grado del país con cerca de 27.000 afiliados, pero según mi perspectiva tiene graves problemas que debe superar, en este sentido quiero referirme particularmente al problema de la concepción de democracia sindical que se tiene. La situación es concreta, en estos días se viene promoviendo un paro para el próximo 3 de noviembre que tiene suficientes razones para justificarlo, entre otras: el incumplimiento de los términos de referencia del contrato de salud por parte del prestador del servicio que ocasiona un deterioro significativo de las condiciones dignas de vida de miles de maestros y sus familias, la implementación a las malas de la jornada única sin condiciones, pasando por encima del mismo decreto 2105 en lo que respecta al gobierno escolar y los criterios para que esta pueda ser implementada sin socavar los derechos laborales de los trabajadores de la educación y la calidad en la prestación del servicio, pero además sin ninguna intencionalidad pedagógica, incluso generando hacinamiento en un escenario de postpandemia, todo esto asociado además a un escenario en donde las distintas formas de violencia, las amenazas, el deterioro del clima laboral, la sobrecarga laboral y la persecución sindical por parte de algunos directivos ha cogido vuelo.
Pero, además el incumplimiento de los acuerdos entre la ADE y la SED que no ha permitido que existan mayores avances en temas estructurales (matrícula, infraestructura educativa, planta docente. PAE) para Bogotá, por el contrario, la inestabilidad laboral, la precaria situación de los maestros provisionales, el irrespeto a la jornada laboral y otras irregularidades son agudizadas con la apertura de procesos de investigación a cientos de maestros por el tema del SIDEAP que mas parece una cacería de brujas en una clara intención de bajar la moral del magisterio bogotano.
Es decir, motivos existen y de sobra, pero el tema es como la organización sindical prepara un paro, lo convoca y lo aprueba en un contexto en donde los maestros se ven diezmados en su conciencia y capacidad de lucha sindical. Las últimas convocatorias por parte de la ADE no han sido bien acogidas ni mucho menos multitudinarias; para nadie es un secreto que ir a un mitin o plantón del sindicato es encontrarse con las mismas caras conocidas que pueden oscilar entre 200 y 300 personas, así de grave, un sindicato con 27 mil afiliados deposita su capacidad de movilización en tres centenas de maestros y maestras, durante los últimos años maestros y maestras han sido expuestos al desgaste de mítines y plantones de media jornada en donde no se logra mayor cosa pero además en donde la organización sindical se ve expuesta ante los medios y el patrón por su baja participación, pero que además es aprovechada por una buena mayoría de compañeros para hacer sus diligencias personales sin asistir a la movilización y mas grave todavía, sin asistir a su lugar de trabajo aun cuando se exprese previamente su iniciativa de acompañar la acción de masas.
De esta manera el deterioro y desgaste de este tipo de acciones genera el efecto contrario, pero mas allá de eso el problema es que el grueso del magisterio no se siente participe de la lucha simplemente porque la organización actual en sus instancias directivas y decisorias no han sabido leer el contexto y en sus mayorías existe una concepción errada de democracia sindical. Nuestras luchas deben estar fundamentadas en la convicción de los maestros y maestras, pero para que esto suceda debe existir la suficiente información, deben existir los espacios asamblearios para que maestros y maestras discutan, reflexionen, decidan y apoyen el paro.
En ocasiones anteriores, el paro se votó en la asamblea de delegados, lo que según mi criterio no es suficiente porque no permite que los maestros y maestras afiliadas se involucren, pero al menos se hacía, esta vez ni siquiera hubo votación del paro, es mas la chapola ya estaba hecha y fue entregada en el momento del inicio de la asamblea del 19 de octubre, eso sí, sin el logo de la organización, ¿tanto era el afán que no se pensó en eso?, es decir que ahora 13 personas decretan un paro y 27 mil deben correr a las calles sin que medie una discusión ni siquiera en la asamblea de delegados sobre el tema.
¿dónde queda la democracia sindical? ¿alguno siquiera pensó en que según el código sustantivo del trabajo un paro debe ser votado en la asamblea de delegados como mínimo? Y ni pensar en que se debería por lo menos escuchar, incluidos a algunos delegados de los sectores mayoritarios del sindicato, las voces que dan cuenta de la necesidad apremiante de superar la crisis de convocatoria a las acciones en las calles.
¿por qué no construir una agenda de lucha que incluya un tránsito de la organización a un trabajo urgente de politización y pedagogización del magisterio bogotano que incluya un cambio en las dinámicas de los comités locales sindicales para que desde allí se preparen los paros con el apoyo de los maestros y las maestras desde las instituciones? ¿por qué no preparar los paros con circuitos por UPZ en donde se escuche a los maestros y maestras? ¿por qué se insiste en desgastar una forma de lucha de manera absurda y no se hacen cosas diferentes para fortalecerla atendiendo a esa palabra tan desgastada como lo es la democracia? Lo anterior implica no seguir tratando a los maestros como menores de edad desde la concepción kantiana, es decir, no se puede seguir esperando que suene el cuerno de la batalla y las huestes asistan más por obediencia que por la convicción.
De verdad invito fraternalmente a que revisemos esa concepción desteñida y pálida de lo que se está entendiendo como democracia, los líderes de la organización sindical no pueden seguir pretendiendo que la gente apoye las movilizaciones cuando la decisión para salir a estas no son vinculantes, no son informadas de manera coherente, no se brindan los espacios de información y decisión suficientes ¿acaso la pandemia no nos dejó como legado la multiplicidad de opciones para reunirnos, comunicarnos y encontrarnos? ¿es muy absurdo pensar en antes de cada movilización hacer un sondeo virtual con los maestros?
Motivos existen para parar y yo cumpliré con mi parte, saldré y estaré allí presente, pero este paro no fue votado en asamblea y esto me preocupa bastante porque si esa va a ser la lógica de ahora en adelante, implica la reducción de la democracia a unos mínimos muy cuestionables en un país que debería caminar con un gobierno alternativo de turno hacia todo lo contrario, la democratización de todos los espacios.
Bogotá, 21 de octubre de 2022
Fraternalmente
Carlos Munévar
Delegado a la Asamblea de la ADE