La revolución educativa de Álvaro Uribe Vélez, una revolución muy cubana.

El Entrenamiento Metodológico Continuo, E.M.C, es un modelo de intervención en educación gestado y aplicado con éxito en la isla de Cuba, trasplantado a Colombia en el 2003 – 2004 por el entonces presidente de la república el Sr Álvaro Uribe Vélez; a propósito de aquellos que nos llaman mamertos a todos los que defendemos la valentía y aptitud deliberante de aquellos pueblos que a costa de lo que sea se han independizado del hegemón mundial y hecho todo lo posible por sostener su soberanía: Cuba, Irán, Palestina y la ahora Venezuela de Maduro.

Entonces ¿Cómo le podremos decir a este señor expresidente que introdujo los aspectos más relevantes del modelo educativo cubano y sin ningún empacho le puso la marquesina de “Revolución educativa” a la colombiana?. De seguro pagó mal o bien por el dichoso trato al gobierno cubano. Pero pagó. Ese trasplante lo hizo el gobierno colombiano con todo e instructores cubanos en zonas específicas de Colombia designadas como experiencias piloto.

Y una de esas fue Tuluá Valle; la ciudad “Corazón del Valle”, la misma que por estos años detentó hasta dos masacres paramilitares semanales, -al punto de ya no ruborizar a nadie-, la de las alternativas tomas guerrilleras y paramilitares de la media y alta montaña, donde se turnaban unos y otros brazos armados, misma localidad del acribillamiento de “Los yarumos” grupo comunal de La Marina, Monteloro, La Moralia, media montaña del municipio tulueño.

Los Yarumos, grupo cooperativo campesino al que según cuentan, después de ‘pararle el macho’ a un alcalde ¡que en paz descanse!, y atravesarse en sus apetitos neoliberales de sofismas de agroindustria, se oponían estos detentando el deseo progresista de socializar la tierra, colectivizar o simplemente asociarse en cooperativas. Fueron los miembros de esta organización comunitaria y sus familias, vilmente masacrados, desaparecidos, torturados o asesinados sistemáticamente a la vuelta de unos meses y doblemente victimizados al matricularlos como guerrilleros.

Tuluá, por siempre Tuluá, la misma municipalidad que fue después de esta intervención con cubanos a bordo presentada como modelo a nivel nacional, la misma que le valiera al entonces secretario de educación municipal, el Sr. Martín Hincapié, un renombre y un puesto importante en el Ministerio y lo catapultará años después a ser el secretario de educación del Chocó y Quibdó simultáneamente, una vez se decidiese intervenir por parte del gobierno nacional dichas secretarías por malos manejos administrativos.

Hasta aquí sería una anécdota simpática que, sin embargo, guarda aún más datos interesantes, por lo cual me esfuerzo no solo en contarla, sino en ampliarla… quien narra en ese entonces servía como docente en el Gimnasio del Pacífico de Tuluá (2004-2008), por contrato (OPS, en el 2004). No recuerdo exactamente el número concreto de instructores cubanos en la Villa de Céspedes, recuerdo a tres o cuatro con los que tuve trato, dos hombres y dos mujeres.

Lo que sí tengo muy presente fueron las condiciones que les impusieron desde el gobierno de la seguridad democrática del Sr Álvaro Uribe: su movilidad, la de los cubanos, estaba restringida y debían denunciar sus desplazamientos y exigirles acompañamiento “por motivos de seguridad”: ¡la cubierta perfecta!

Y tenían terminantemente prohibido dar algún tipo de entrevista a medios de comunicación, participar en reuniones no autorizadas, entrevistarse con cuadros políticos y, en general, dejar testimonio por cada paso dado por la ciudad. La consigna era entonces que su huella sería borrada y silenciada una vez hubiesen partido, tal cual pareciese ocurrió.

De la vigilancia y el seguimiento nos hacíamos de las orejas cortas. Algunos docentes después de las capacitaciones obligadas a las que debíamos asistir nos escurríamos para una cafetería o restaurante a tomarnos o comer algo con ellos, aprovechando que teníamos amigos en el equipo de vigilancia o logística, con los cuales hasta pudimos departir de cuando en vez un mojito o un café cubano y discutir políticamente las implicaciones del nombre de un “Cuba libre”, mientras lo paladeábamos en extensas charlas sobre las realidades de un país u otro.

Lo increíblemente posible y tan desafortunadamente lógico en este país de sátrapas, el nuestro, es como la mentira disfrazada, las medias verdades y las cortinas de humo desde el establecimiento que gobierna con los medios de comunicación, logran esa asepsia sobre lo que pretenden dejar en blanco, dejar pasar o construirle sus narrativas aberradas construyendo e imponiendo su realidad.

Nunca escuché en Colombia o vi en los medios colombianos, ni en actos públicos, la más mínima denuncia o reconocimiento chiquito al aporte del pueblo cubano al proceso educativo colombiano, de este país nuestro que adoptó en su mecánica de principios del nuevo siglo el modelo del noble pueblo antillano. Al contrario, en las narrativas bizarras todavía se impone la de la Cuba miserable con sus dictadores entronizados, la de un pueblo que se muere de hambre por la avaricia de estos dirigentes, la de ese país que por todo esto y todo lo malo que le ha propiciado el socialismo, ¡cuidado con el socialismo, ni debemos mentar esta palabra!, de un pueblo y un gobierno del que no se puede esperar nada bueno.

Pero ahí está en cambio la Cuba real de hoy y de todos estos años, la Cuba digna no solo resistiendo, sino siendo potencia latinoamericana en educación que reparte sus logros, en medicina salvando vidas con sus misiones por el mundo entero. Allí está la Cuba de las Soberanas vacunas del Covid ciento por ciento cubana; Cuba potencia en deportes, en educación dejándonos su legado como prueba irrefutable de su grandeza; la de los brigadistas de salud en situaciones críticas de países que lo necesitan, … Cuba, la solidaria y abierta a las necesidades de otros.

De este pasaje de formación y compartir de los cubanos me quedó la alegría, afabilidad y ese gesto digno que desde la humildad trasfunda humanidad. Recuerdo la tertulia que no podía distanciarse de lo político porque siempre la mirada a lo social nos lleva a considerar las cosas desde otros fundamentos, … no fueron muchos los momentos íntimos o semi privados, fueron más los de las capacitaciones, pero los primeros fueron importantes y valiosos para considerar la realidad que estábamos viviendo y el horizonte hacia donde poder mirarnos en medio de la enorme tormenta de sangre y el oscuro manto de los apetitos de la dirigencia nacional.

Seguro seguiremos hacia adelante donde apenas unas débiles bujías delinean senderos no tan claros, pero llegaremos a pasos trancos seguros que como pueblo podremos desenredar la maraña de mentiras del supuesto bienestar y desarrollo en el que todo se ha construido. Adiós al oro subrepticio de los trust por cuanto cada vez es más evidente y difícil de ocultar, ¿diremos adiós y por fin a las vickicitas, los blue o las w’s, adiós a tantos Julios o Julitos, a tantos Néstor o Luis Carlos que se pretenden de una presunta aristocracia mediática arrogada en dueña de la opinión?

Fachos a los que se les ven las costuras y que pasan como tantos y desde arriba por encima de la sangre y de los muertos de la cual no ven de seguro por volar tan alto, los perfectos ocultadores del no decir o decir tampoco diciendo tan rápido y tan en medio de los rutilantes espectáculos de noticias en la posverdad. Alguna vez negaran las agendas y las narrativas construidas, dirán que dijeron y allí estará la prueba a mostrar de los treinta segundos de un informe edulcorado de opinión en el vespertino o nocturnal de tres horas, el mismo país de su orgía de opinión, es el mismo al que ofrecen la espalda para no mostrar infamias tan enormes como la de aquella invención tan macondiana como retorcida de los falsos positivos.

Ahora el grito está perenne y se promueve en las calles en franco alborozo cual incendio, país de políticos vendidos en el que de tanto miedo inoculado por los mismos ya nos volvimos reactivos, o como dicen los muchos por millares, hasta eso nos arrebataron: el tener miedo.