Si algunos están esperando goles de Colombia, no vean fútbol, vean al gobierno y sus funcionarios, ellos son los goleadores de la corrupción.
Una pelota recorre el amplio césped del Estadio Metropolitano Roberto Meléndez en Barranquilla, en sus gradas miles de aficionados pagaron la boleta que oscila entre los 600 mil y 800 mil pesos -casi un salario mínimo mensual- para poder observar en vivo y en directo a una gris Selección Colombia que por quinta vez empata un partido sin marcar un solo gol y de paso se aleja del sueño de muchos futboleros de ver a la tricolor en Qatar 2022.
Para muchos latinoamericanos el fútbol es una pasión desbordada, es casi una religión, bien lo decía Eduardo Galeano «En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol».
Argentina tiene a Maradona, Brasil tiene a Pelé, solo dos leyendas supernovas entre todo un olimpo de estrellas mundiales que han alimentado el ego, las historias, las leyendas y la imaginación de millones alrededor del mundo, luego están otros como Uruguay y Chile que han tenido épocas doradas engalanadas con títulos y buen fútbol y detrás de ellos los demás con destellos pasajeros.
Colombia es uno de esos últimos, una selección irregular, mediocre dirían algunos y entiendo que para muchos lo que escribiré será casi un sacrilegio, pero debo decirlo, mientras en otros países el fútbol es una pasión autentica no impostada.
En Colombia empezamos a amar el futbol viendo jugar a Argentina o a Brasil, así de simple, fue solo cuando la generación del Pibe, Higuita y otros gladiadores empezaron a protagonizar gestas memorables como el empate a Alemania en Italia 90, el 5 – 0 a la selección Argentina del Coco Basile que envió al repechaje a la albiceleste contra Australia para llegar al mundial Estados Unidos 94, que los colombianos empezamos a tener algo de “identidad futbolística”.
Pero a diferencia de lo que pasa con jugadores de otros países, el jugador colombiano salvo contadas excepciones es en promedio “anodino” y mas si se trata de temas políticos.
Como colombiano he visto como chilenos, argentinos, brasileros e incluso jugadores de otros países hermanos han apoyado a sus pueblos con frases, comentarios en redes sociales e incluso dejando de jugar partidos, pero en Colombia el silencio de los jugadores es “sepulcral”, a pesar de que la gran mayoría de ellos proviene de extracción humilde y que se han hecho profesionales con el esfuerzo propio, sin la más mínima ayuda de los gobiernos de turno que solo aparecen con la camiseta amarilla el día del partido para posar en la foto típica del estadio, con el ánimo de engañar a incautos y parecer cercanos al hincha de la tricolor.
Incluso me atrevería a decir que la “pasión futbolera” colombiana ha sido mas una moda impulsada por el interés comercial de medios de comunicación como Caracol con su famoso “Gol Caracol” y toda una serie de patrocinadores y marcas que venden sus productos utilizando como marketing a los jugadores de la selección.
Un ejemplo es el contrato con Adidas que se firmó por una suma cercana a los 80 millones de dólares (Forbes, Colombia). De ahí para abajo la danza de los millones y los negocios de los patrocinadores no tiene fin.
Lo cierto es que, a pesar de la multimillonaria inversión económica, el despliegue publicitario y la presión mediática para que la atención de todos los colombianos esté en el fútbol y se olviden de su realidad inmediata, el fútbol colombiano ya no es el encantador de serpientes de siempre, además de no tener norte, goles, ni ganarle a nadie, hoy más que nunca ese equipo es reflejo de un país descuadernado, sin alma, apático y gobernado por una recua de sátrapas vendepatrias que aprovechan la indolencia de millones para hacer lo que se les viene en gana con el desmonte de derechos adquiridos, promulgación de leyes en contra de los intereses del pueblo, incumplimiento de los acuerdos de La Habana, dilación en las negociaciones con los gremios y sindicatos, pronunciamientos internacionales vergonzosos, prebendas para las multinacionales en temas de explotación de recursos naturales etc.
Así, mientras los jugadores de la selección no le meten un gol al arco iris, el Congreso nacional y las mayorías uribistas que reptan en los diferentes órganos del Estado colombiano son unos “goleadores” natos, presentan títulos falsos y tesis de grado plagiadas como es el caso de la presidenta de la cámara de representantes Jennifer Arias, quien ya había protagonizado otro escándalo, cuando sin percatarse del micrófono abierto incitó al representante Anatolio Hernández para que diera su voto por el SI en plena sesión legislativa al presupuesto general de la nación y de paso se modificara la ley de garantías para permitir que 6 meses antes de elecciones puedan fluir recursos públicos en contratos… y ahora la que le sale a deber es la Universidad Externado al ser ahora acusada por la nefasta funcionaria de extraviar su tesis, uno más entre tantos escándalos, todos dignos de un gol “olímpico” en donde la fanaticada queda perpleja con la facilidad como entra el balón sin que nadie se percate.
Para terminar, Ivan “el Terrible” no podía ser ajeno a esta goleada histórica contra la dignidad de la población colombiana, con gran desparpajo y dando muestra de su acostumbrada fastuosidad caricaturesca, condecora alevosamente en un gesto de provocación, en pasados días a Diego Molano Ministro de Defensa, Francisco Barbosa Fiscal General de la nación y a la citada representante Jennifer Arias, cada uno de ellos con muy controvertidas actuaciones en temas de derechos humanos, pronunciamientos internacionales, administración de justicia e investigación de los casos de corrupción y otras ya mencionadas. Ante eso la prensa nacional no se inmuta, la gente del común ni se entera, algunos están sobreviviendo y otros no duermen preocupados por el mundial, ¡Que golazos ¡.
Si algunos están esperando goles de Colombia, no vean fútbol, vean al gobierno y sus funcionarios, son los goleadores natos de la corrupción.
Notas
Colombia, F. (9 de septiembre de 2021). Adidas renovó su patrocinio con la Selección Colombia por 10 años más. Recuperado el 16 de noviembre de 2021 , de https://forbes.co/2021/09/23/negocios/deportes/adidas-ronovo-su-patrocinio-con-la-seleccion-colombia-por-10-anos-mas/