Frente a los reiterados incumplimientos del gobierno Petro con el magisterio colombiano, queremos expresar de manera contundente nuestra profunda y creciente preocupación.
- Como maestros y maestras clasistas fuimos fervientes defensores de la elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia
- Desde ese momento hasta hoy, hemos defendido su apuesta programática porque representa las reivindicaciones de los excluidos, de las víctimas, de los y las «nadies». Su gobierno simboliza una propuesta de país alejada de las castas y mafias tradicionales para construir una nación democrática, justa, equitativa, encaminada hacia la consecución total de la paz y comprometida con la implementación de reformas sociales y económicas necesarias
- A pesar de la difícil coyuntura política, económica y social que atraviesa el gobierno, seguimos apoyándolo en la construcción un país que haga de la paz, la justicia social y el buen vivir sus pilares fundamentales
- No obstante, en medio de la agitada vida política abogamos por la independencia y autonomía del sindicalismo, en particular de la CUT, FECODE y sus filiales. Apoyamos la propuesta del gobierno pero no podemos renunciar a nuestras reivindicaciones históricas como magisterio y sectores sociales de izquierda democrática
Lamentablemente, nos vemos en la obligación de señalar los incumplimientos y la falta de control del Ministerio de Educación Nacional en asuntos cruciales para avanzar en la dignificación de la profesión docente y garantizar el derecho a la educación de miles de niños y niñas. Entre los principales puntos de preocupación destacan:
- El retraso en el pago retroactivo del curso de los 8000
- La falta de cumplimiento en el pago del 0.4% y su retroactivo del año 2023
- Las anunciadas demoras e incumplimientos en el proceso de Ascenso y reubicación docente para la cohorte 2024
- La demora en la emisión de decretos salariales del 2024
- La falta de celeridad para reformar el Sistema General de Participaciones (SGP)
- Un sistema de salud sin soluciones ni mejoras
Y en el caso especial de Bogotá denunciamos:
- Que nos encontramos en una grave emergencia educativa, reflejada en la inestabilidad de la planta docente, irregularidades en el proceso de provisión de vacantes, entrega desmedida de docentes en propiedad sin asignación académica, problemas de infraestructura en muchas instituciones educativas y deficiencias en el Programa de Alimentación Escolar (PAE)
- La arremetida contra las garantías sindicales y los derechos laborales llevada a cabo por algunos directivos docentes que buscan imponer las lógicas empresariales de los colegios privados en los colegios públicos. Estas actitudes pasan por encima de la Ley General de Educación y desconocen los decretos reglamentarios y de los acuerdos entre la organización sindical y las administraciones distritales
- La implementación de la jornada única sin las condiciones necesarias, aprovechando la difícil situación de matrícula en varias instituciones educativas, desconociendo el decreto 2105 y aumentando la jornada laboral de maestros y maestras
- La sobrecarga laboral diaria que enfrentan maestros y maestras, a merced del maltrato de sus superiores
A partir de lo expuesto, exigimos respuestas inmediatas y acciones concretas para abordar estos problemas que afectan gravemente a la educación y a quienes la hacen posible. La comunidad educativa merece un compromiso firme y acciones efectivas para avanzar hacia el país que todos anhelamos construir.