La muerte es parte esencial de la vida; vivimos pensando que algún día moriremos y por eso constantemente en la literatura se enlazan temas como el amor, la vida y la muerte. Sin embargo, en algunos textos literarios el tema de la muerte toma la simbología de ser el precio que se paga por amor, romantizando homicidios, suicidios que se han presentado a lo largo de la historia de la humanidad y que ahora son más evidentes.
Si bien, al vivir somos conscientes que en algún momento nuestra vida llegará a un final y dará paso a la muerte, a lo largo de la historia de la literatura nos han compartido diferentes autores, relatos en los que la muerte define los finales tanto tristes, como felices. Desde el inicio de la humanidad, se ha buscado el origen de todo, incluyendo el de la existencia del hombre y se habló que en algunos casos se moría y terminaba su paso por este mundo y en otros, que tendría una nueva vida por medio de la reencarnación. Esto se puede leer en mitos y leyendas de todas las civilizaciones antiguas.
A propósito de ello, en la biblia, el primer relato sobre la muerte se encuentra en el libro de Génesis, capítulo 4 versículo 8 con Caín y Abel. Caín sentía envidia de su hermano Abel, y un día, al estar juntos en el campo, este lo mata. Narraciones como Romeo y Julieta, Madame Bovary, ya le dan una trascendencia diferente, al cruzar a la muerte por amor, todo por no poder amar como los protagonistas lo esperaban.
En ese sentido, en la literatura se habla en la mayoría de los casos de mujeres que han muerto por amor, tal es el caso de Tisbe que, al ver a su amado muerto, se suicidó, al igual que Julieta cuando despertó y encontró a Romeo muerto, tras ella haber fingido su muerte o el relato de Ana Karenina, quien se arroja al tren porque cree que su amado la engaña. Estos son algunos ejemplos de cómo se romantiza la muerte por amor.
Con lo anterior, no se pretende afirmar que no existe la literatura en la que los hombres mueren por este motivo. Por ejemplo, se encuentra el texto narrativo titulado: “Las penas del joven Werther”, en la que se narra la historia de un hombre que se suicida por no lograr el amor de una mujer. Según una investigación de la National Geográphic, luego de la publicación de esta novela, se produjo una gran cantidad de suicidios “por amor”.
En esa misma línea, se encuentra la obra “Bodas de sangre”, que por medio de algunas escenas representa la muerte de dos hombres por una mujer: Leonardo y Novio. En el Acto tercero, cuadro primero se evidencia de dos maneras: por un lado, al comienzo se explica de forma “sutil” la aparente muerte de dos hombres por el amor de una mujer, esto se hace con el diálogo de los leñadores sobre los amantes escondidos en el monte.
Por otro lado, al finalizar este acto, Leonardo le dice a Novia que, si los separan, será porque él está muerto. Se podría confirmar esta muerte cuando en el Acto último, Madre le dice a la Vecina: “Mi hijo es ya una voz oscura detrás de los montes” y “Ya todos están muertos”; y cuando Novia llega donde Madre supuestamente para que ella la mate y la envíe a donde están “ellos”, refiriéndose a Leonardo y Novio.
En consecuencia, muchos creen que son historias románticas y que supuestamente es un amor que lleva a diferentes sacrificios, incluido el de morir o el de matar, todo porque lo más importante es luchar por ese amor. Sin embargo, al llevar esta temática de la muerte a un contexto real, no se puede concluir lo mismo.
En el contexto real, “matar por amor” es un acto de violencia y se conoce como crimen pasional y si se trata hacia mujeres, puede tener un agravante y es el de feminicidio. Según la Fiscalía General de la Nación, durante el año 2022 se registraron 244 casos de feminicidio consumado, pero tras un rastreo realizado por la organización feminista, Observatorio Colombiano de Feminicidios, al finalizar ese año, se registraron 557 agresiones a mujeres. Claro está, que no significa que los hombres no sufran de maltrato o que no sean asesinados, pues según un estudio realizado por Datos Macro, las estadísticas indicaron que, en el 2021 (estudio más reciente al respecto), la diferencia de homicidios pasionales entre hombres y mujeres no superaba los sesenta individuos.
Por cierto, las estadísticas nombradas en el párrafo anterior indican que algunos de esos casos se derivaron porque hay hombres que por celos matan a sus parejas, pero también a los “amantes” de estas. Algunas de estas situaciones se reflejan en relatos literarios, como ya se dijo. Si bien la literatura permite que la imaginación vuele, no se puede traer a la realidad el romance de la muerte porque se ama. Amar debe permitir que se viva bajo la libertad de la felicidad del otro y, la muerte, solo debe ser el resultado del pasar de los años o cuando la naturaleza indique que ha llegado su tiempo.
En conclusión, creo que aquellos que han elegido matar o morir por amor, les falta comprender cuál es la finalidad de la vida y entender realmente qué es el amor, tanto por los demás como por sí mismos. Continuando con ejemplos literarios, la Biblia dice que el vivir es en Cristo y el morir es ganancia, porque para los cristianos la vida consiste en agradar a un ser supremo que, al morir de manera natural, los buenos actos serán recompensados; también algunos libros de superación personal hablan de tratar de vivir en paz y armonía con el otro, aunque no se esté de acuerdo en algunos aspectos.
Cada uno decide el motivo por el cual vivir y a quien amar, pero jamás se puede ser juez sobre la vida de alguien y menos para llegar a acabar con ella, independientemente de un supuesto motivo o el género de la persona. Quizá se puede decidir sobre la vida propia y eso, teniendo en cuenta, que lo que le pase a nuestra vida, puede llegar también, a afectar a otros.
Finalmente, no pretendo con este escrito condenar la literatura, pues es una forma de expresión, de ser libres e imaginar. Su intención es dar un punto de vista crítico, respecto a la forma de justificar la muerte en algunas obras, bajo la existencia del amor por otros.
Felicitaciones Baruj!!!