Walter Benjamín en esta tesis ha sembrado en mí una curiosidad inmensa por conocer al ángel de la historia. Mientras leía su tesis IX sobre el concepto de Historia, me preguntaba cómo podría ser un ángel. Pensaba que debía ser infinito, majestuoso, difícil de vencer, hasta invencible, un ser protector, pero sobre todo, bueno. Sin embargo, en la tesis es planteado con algunas particularidades. Este ángel de la historia es protector y bueno, pero está asustado. La idea de avanzar le genera intranquilidad y frustración. Es que el ángel de la historia tuvo el infortunio de evidenciar procesos fuertes, hasta la idea de progreso que se inventó el ser humano. El ángel ahora vive con lo que fue y lo que le quedó. Su instinto protector hace que le tenga miedo al tiempo que avanza muy rápido y acumula ruinas. No concibe la idea de continuar con la misma destrucción, desea arreglarlo todo, pero aun siendo un ángel no puede detener el tiempo, no puede revertir lo que pasó. Al ángel solo le queda la historia que es ilimitada y por fin aceptó que él tiene límites. Transformó su misión y se propuso darle un giro a la historia, ya no puede corregir lo que pasó, pero si mejorar lo que pasará. Entendió que lo que va a pasar es lo que le quedará y no quiere vivir entre más ruinas. De ahí la importancia de conocer al Ángel de la historia.
«Un ángel por conocer»: a propósito de la tesis IX de Walter Benjamin
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