11.4 C
Bogota
jueves, noviembre 21, 2024
Inicio Recomendado El último gran cronista del bandolero

El último gran cronista del bandolero

El pasado lunes 17 de octubre del año 2022 en la fría ciudad Bogotana murió el cronista y periodista Pedro Claver Téllez, con él quizás murió el tejido de filigrana en las historias sobre bandidos, rufianes y bandoleros, nadie como él escribió historias tan imparciales y elaboradas sobre el mundo subterráneo de la composición social colombiana, es decir, la vida del hampa de los años cincuenta como antecedente de parte de la historia colombiana.

Entre las obras de Claver Téllez es posible encontrar los textos: Rebelde hasta morir: vida, pasiones y fugas del teniente Alberto Cendales, La Hora de los Traidores: La cacería de Sangrenegra, El mito de Sietecolores: seis relatos en torno al bandolero Efraín González, entre otra decena de sugerentes crónicas que se registraron entre veredas, caminos, montañas y vetas de esmeraldas, crónicas de sangre y muerte, de muerte y balas.

Como si hubiera sido un marxista británico, Pedro Claver Téllez exhibe la figura del bandolero como resultado de una inestabilidad política de los años cincuenta, un rebelde folclórico que surge desde los lugares populares y escala por medios violentos roba y mata a los malos y es bondadoso con los buenos, aunque por supuesto haber sido bueno o malo en Colombia para los años cincuenta solo era una cuestión moral.

Del mismo modo en la envolvente pluma de Claver Téllez se muestra cómo el bandolero  colombiano se fue convirtiendo en un mito y la violencia espontanea era un prestigio que el guerrero debía mantener en el tiempo, en muchas de estas características es posible encontrar a “Desquite”, “Chispas”, Evelio Buitrago Salazar o a “los Tiznados”, bandidos colombianos famosos registrados por Claver Téllez en tiempos donde una cámara fotográfica o una grabadora eran tan grandes como un televisor de 55 pulgadas.

Ahora bien, cabe preguntarse, ¿estas historias son de propiedad del pasado? Pues no, los bandoleros son propios de un mundo rural y premoderno, imaginar ello al frente de la Gobernación de Cundinamarca desde la Avenida Calle 26 hace pensar que ese mundo ya no existe, sin embargo pensarlo desde El Charco en el departamento de Nariño o desde Sardinata en el departamento de Santander hace que la mirada cambie completamente, en efecto los bandoleros existen y de qué manera, son señal de ascenso social, respeto y legitimidad, son los niños con caries que probablemente se iban a dedicar al trabajo de la rusa en las ciudades intermedias, pero no, terminaron siendo los grandes señores de la periferia, los ricos del pueblo, los que andan con mujeres, camionetas y armas, los que como dioses deciden quien vive y quien muere.

Los bandoleros ya no son “Sangrenegra, “Charro Negro”, “Tarzán” o “Jahir Giraldo”, ahora  se llaman “Iván Mordisco”, “Enrique Marulanda”, “Pablito” o “John Mechas”, la única  diferencia es que tal vez ya no existen cronistas que se metan en la boca del lobo, ya no  hay quien devele las facetas de los bandoleros para comprender este mundo rural, en sus términos, sin un juicio moral y sin conceptos modélicos que solo existen en los libros de super estrellas de la sociología.

Sí existieran aun cronistas tan valientes como Pedro Claver Téllez la sociedad colombiana podría entender por qué la juventud se vincula a la guerra, o porque una vía terciaria o una escuela rural son tan necesarias para frenar la guerra, o porque sin empleos bien remunerados departamentos como el Guaviare, Putumayo, Nariño, Cauca, o Chocó están condenados al ostracismo, o porque es imposible derrotar el narcotráfico hasta no  garantizar la rentabilidad para toda una región por medio de un producto agrícola, a  propósito de lo anterior, el primer despegue de la economía agrícola colombiana fue con  café, y el segundo y hasta hoy vigente fue con coca, que no se nos olvide este detalle.

A concepto de este servidor, el pasado lunes murió el último gran cronista del bandolero, y su partida es una perdida incalculable, pero nos quedan sus escritos y espero de todo corazón que muchos gerentes de este gobierno lo estén leyendo, para que puedan  entender algo que sospecho nuestra vicepresidenta entiende completamente, que la  realidad en Colombia se aleja mucho de las conversaciones callejeras en la localidad de La  Candelaria y de los debates en la plaza Che Guevara de la Universidad Nacional.

Jorge Andrés Baquero Monroy
Licenciado en ciencias sociales de la Universidad de Cundinamarca, Magister en administración pública de la Escuela Superior de Administración Pública. Miembro del grupo de investigación REDES de la ESAP. Actualmente es investigador del proyecto Infraestructuras de Paz, agendas políticas y dinámicas organizacionales en la implementación efectiva del Acuerdo final en Colombia (2016-2022). Sus investigaciones giran en torno a temas como Protesta agraria y conflicto armado en Colombia. mail: Jorgebaqueromon@hotmail.com
ARTÍCULOS RELACIONADOS

Resolución 1316 de 2024: Bonificación pedagógica para el magisterio colombiano

Fruto de la negociación entre FECODE y el MEN del año 2023, se expidió la Resolución 1316 de 2024 que "crea la Bonificación Pedagógica para...

De revistas científicas y posturas editoriales clasistas

Acabo de finalizar una participación como ponente en un congreso internacional de revistas científicas. Interesante actividad que me ha permitido escuchar otras experiencias de editores...

La orientación escolar en Colombia: un homenaje a los docentes orientadores en los primeros 50 años

La revista Educación y Cultura 152, dedicada por Fecode al reconocimiento del trabajo pedagógico, político, cultural y sindical de quienes han ejercido este embarazoso...

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

- Advertisment -

Más popular

Resolución 1316 de 2024: Bonificación pedagógica para el magisterio colombiano

Fruto de la negociación entre FECODE y el MEN del año 2023, se expidió la Resolución 1316 de 2024 que "crea la Bonificación Pedagógica para...

De revistas científicas y posturas editoriales clasistas

Acabo de finalizar una participación como ponente en un congreso internacional de revistas científicas. Interesante actividad que me ha permitido escuchar otras experiencias de editores...

La orientación escolar en Colombia: un homenaje a los docentes orientadores en los primeros 50 años

La revista Educación y Cultura 152, dedicada por Fecode al reconocimiento del trabajo pedagógico, político, cultural y sindical de quienes han ejercido este embarazoso...

Mandatos por una ciudad para la vida (CEID-ADE, 2024)

  La Hojarasca divulga los mandatos y propuestas educativas publicados por el CEID de la ADE, resultado de los círculos territoriales de la XI Asamblea...

Comentarios Recientes

humberto bustos fernandez on La ADE y la democratización pendiente
Carlos David Rodríguez Mancera on Duele el alma
Viviana Jiménez on Más divino menos humano
Viviana Jiménez on Más divino menos humano
Viviana Jiménez on Más divino menos humano
Juan Santana on Más divino menos humano
Angelica lara on Una Verdad que incomoda
Wilson Fernando Garcia Castellanos on Subjetividad docente por una escuela pluri y multi-versa
Esperanza Pinzón on Cuento: ¿esperanza es?
Jorge Alberto Padilla Mier on Colombia sufre de hambre