El 22 julio del 2017 se realizó una reforma a los estatutos de la Asociación Distrital de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación (ADE). Su propósito era profundizar la democratización del sindicato, a través del aumento de los dirigentes en los espacios de representación y la participación de nuevos liderazgos.
Se modificó el artículo 10º para aumentar el número de asambleístas, y pasar de 100 a 130. Igualmente, se aumentó la composición de la Junta Directiva, de 10 a 13 directivos. Estos cambios buscaban atender al criterio de proporcionalidad que opera en otros sindicatos, pues con más de 26.000 afiliados, lo esencial es garantizar una adecuada representación sindical.
De otra parte, se modificó el literal f del artículo 20 que eliminó la reelección indefinida, un fenómeno evidente en las prácticas sindicales que puede corroborarse si miramos la memoria histórica de las elecciones de la organización sindical. Con la reforma, el dirigente sindical solo podrá estar dos periodos en la Junta Directiva.
Estas dos reformas han permitido equilibrar la correlación de fuerzas al interior del sindicato y cualificar el nivel y la complejidad de los debates en la toma de decisiones. Sin embargo, el interés fundamental de dichas reformas era acercar al maestro de base con las instancias de decisión, mediante la ampliación del número de representantes y, sobre todo, con la erradicación de la permanencia indefinida de los dirigentes en los espacios de dirección.
Sin embargo, aún quedan reformas pendientes que deberán ser puestas en primer lugar para los asambleístas y directivos que sean elegidos en las próximas elecciones del 25 de agosto. Por ejemplo, se debe modificar el artículo 13º, que define el llamado a elecciones “una vez terminado el periodo de cuatro (4) años”. Este “conejo” en los estatutos es el causante de la práctica nociva y antidemocrática del alargue del periodo. Es preciso que el llamado a elecciones se estipule meses antes de cumplir el periodo, y así detallar y aclarar el concepto de periodo cumplido.
De otra parte, para profundizar la democracia sindical creo necesario incluir el comité de ética y la revisoría fiscal como muestras de transparencia, comunicación y empatía de los dirigentes sindicales con las y los afiliados. También creo necesario incluir que luego de los dos periodos, el directivo sindical no tenga la posibilidad de elegirse en periodos posteriores. También es importante debatir sobre la vinculación de los directivos sindicales con la dirección de las cooperativas.
Estás y otras reformas al interior de la organización sindical tendrán lugar en el próximo periodo con la elección de nuevos liderazgos y nuevas maneras de comprender la práctica y el activismo sindical. Las reformas estatutarias no resuelven per se los problemas, pero son un paso para limitar los abusos y excesos de quienes ostentamos posiciones de poder.