A continuación se presentan algunas ideas fuerza de la propuesta de Comunagogía, a partir de lo expuesto en el libro: La comunagogía ¿una alternativa en la educación actual?, escrito como resultado de las reflexiones colectivas en la comisión Comunagógica de Nuevos maestros (as) por la educación (NME), de una investigación doctoral y de la posterior implementación de la propuesta en algunos colegios de Bogotá, siendo el mayor grado de comprensión alcanzado hasta el momento. Se espera que se pueda seguir configurando recíprocamente con su lectura y con los aportes críticos de la comunidad educativa.
Su relevancia radica al reconocer un contexto escolar con una hegemonía cultural caracterizada por prácticas capitalistas, patriarcales, coloniales, autoritarias e individualistas impuestas por medio de la coerción y la adhesión, o como se dice coloquialmente; por zanahoria y garrote, contexto en el que las políticas educativas neoliberales pretenden instrumentalizar cada vez más el proceso educativo, exigiéndose a cambio potenciar la configuración de propuestas educativas contrahegemónicas, una de éstas es la comunagogía.
Ésta apuesta surgió al reconocer prácticas educativas en comunidades indígenas, en las que se van estableciendo rupturas con la cultura hegemónica instalada, a partir de concepciones y teorías como la comunalidad en Oaxaca (México), la comunitariedad en Cauca (Colombia) y el sistema comunal en Bolivia. Además, la comunagogía retoma algunas ideas del marxismo como la necesidad de trascender de la emancipación política hacia la emancipación social o humana; la necesaria educación polivalente; que la educación popular le corresponde hacerla al pueblo; la necesidad de disputar a las clases dominantes su influencia en la educación; que los seres humanos en esencia somos el conjunto de relaciones sociales; que lo común es potencia revolucionaria; la necesidad de investigar la realidad para transformarla; entre otras ideas.
Tal perspectiva educativa se analizó posteriormente en algunas redes magisteriales de Bogotá que hacen presencia en la escuela oficial, reconociendo en estas trayectos educativos en tal dirección; esto invita a seguir disputando desde dicho escenario la constitución de otras realidades sociales en pro de la emancipación social o humana.
En suma, la comunagogía es una apuesta que centra en la transformación de las relaciones sociales desde diferentes expresiones de lo común para la conformación de subjetividades nosótricas revolucionarias constituyendo poderes sociales desde la escuela. Lo anterior exige rupturas con la jerga educativa empresarial como estándar, meta, indicador, desempeño, competencia, así como con la idea del pensamiento crítico limitado a habilidades procedimentales que, desafortunadamente, constituyen la cotidianidad de la mayoría de los consejos académicos escolares. Adicionalmente, rupturas con la subjetividad neoliberal como la meritocracia, la fragmentación, la instrumentalización, el inmediatismo, la indiferencia social, la colonización epistémica, el autoritarismo, etc. desafortunadamente también presentes en parte del magisterio colombiano.
Por ende, la Comunagogía pretende aportar a otro orden social. Para tal fin, se parte de 6 horcones[i] sobre los cuales se soportan los procesos educativos teniendo como corazón las compartencias, estos son: 1. Soberanía epistémica; 2. decisiones y saberes compartidas; 3. fortalecimiento de vínculos comunitarios; 4. construcción del territorio; 5. identidad con los proyectos de la comunidad y; 6. emancipación de géneros. Por medio de éstos, se establecen rupturas con diferentes prácticas y relaciones hegemónicas instaladas en la escuela.
Los procesos de formación se organizan en círculos de la palabra y en convites[ii] académicos; estos últimos, integrados por 4 personas: 1. Rastreador (a), encargado (a) de liderar la investigación; 2. Cosechero (a) encargado (a) de liderar la escritura; 3. Pregonero (a), encargado (a) de liderar la comunalización de saberes y vivencias en el círculo de la palabra; 4. Sanador (a), encargado (a) de resolver conflictos al interior de los convites. Si bien se potencian una serie de habilidades académicas, lo fundamental de estos convites lo constituye las relaciones y vínculos que se van configurando a su interior, por ello, sobre esto es que se centran las reflexiones del proceso evaluativo.
Debido a que se educa para la transformación social, se proponen cinco quingos[iii] o momentos del proceso formativo, estos son: 1. Vivencias previas sobre el tema o problema, lo cual va más allá de presaberes incorporando experiencias, imaginarios, sentimientos, incertidumbres, entre otros aspectos; 2. Contextualización del tema o problema, momento en que se identifican las relaciones de poder; 3. Síntesis sobre el tema o problema, donde se dialoga con teorías hegemónicas y subalternizadas dándole prioridad a éstas últimas; 4. Identificación con el problema o tema, para reflexionar sobre cómo lo estudiado está relacionado con la vida propia, familiar o comunitaria; 5. Transformación de realidades, consiste en realizar procesos de transformación social a partir del proceso formativo.
Vale mencionar que la pandemia y la estrategia aprende en casa puso retos a la apuesta comunagógica, pero que afortunadamente por su enfoque llevó a constituir convites académicos familiares tomando su contexto como insumo de reflexión para transformarlo, por ejemplo, las practicas machistas en el hogar que se incrementaron con el aislamiento obligatorio, llevando a organizar horarios para las actividades domesticas en el que participaban los diferentes integrantes en los hogares de los estudiantes.
Finalmente, si bien la Comunagogía considera necesaria la reflexión pedagógica, a su vez remarca lo limitado de éste concepto para reconocer la riqueza de procesos educativos alternativos, de ahí la multiplicidad de adjetivos existentes para expresarlas, ejemplo: emancipadora, insumisa, decolonial, no parametral, comunitaria, de la rreexistencia, etc., etc. A cambio, en las dinámicas educativas comunagógicas se trasciende de la reflexión educativa a la reflexión política, de la reflexión a la acción, de lo educativo a lo político, del método a las cosmovivencias[iv], de la enseñanza a la cooformación, del maestro a la comunidad, de la resistencia a la construcción, de lo cognitivo a la subjetividad, del saber al poder, de la emancipación política a la humana, entre otros énfasis.
Puede afirmarse entonces, que la Comunagogía es una concepción de vida, en la que los procesos formativos aportan a la constitución de seres humanos no capitalistas, no patriarcales, no coloniales, no autoritarios, no egoístas, proponiendo a cambio aportar a configurar subjetividades nosótricas y poderes sociales en los territorios.
Así las cosas, la comunagogía invita a maestros y maestras a transitar de manera distinta y distante de la hegemonía cultural y de la escuela empresa, hoy dominante en el quehacer docente, proponiendo a cambio transformaciones en la escuela, la educación y la comunidad educativa en lo que los comunagogos (as) existentes hoy en el magisterio constituyen una potencia para seguir agenciando educaciones alternativas en pro de otro orden social.
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Referencias
Jaime, J.C (2021) la Comunagogía ¿Una alternativa en la educación actual?. Tomado de: https://movimientonuevosmaestros.blogspot.com/
[i] Nombre dado en sectores rurales de América a maderos que sostienen las casas o las cercas para potreros, se retoma en esta propuesta para significar los pilares de la comunagogía, que por el momento se comprenden son seis.
[ii] Es una forma de trabajo colectivo basado en la ayuda mutua, realizado por comunidades campesinas y urbanas para la concreción de obras o fiestas comunitarias en la que se dinamice una serie de relaciones sociales comunes como la solidaridad, la confianza, el amor a los demás, la amistad, la fraternidad, etc.; es similar al concepto de minga.
[iii] Quingo: en el departamento de Nariño al suroccidente colombiano, los campesinos llaman de esta manera a un fragmento o vuelta en el camino. Se asume este concepto para delimitar un fragmento en el proceso de formación, puesto que, similar a un camino, se va avanzando paso a paso. Cada quingo de formación consta de cinco fases, por medio de las cuales se van reconociendo y transformando las realidades sin esperar hasta llegar al destino final para hacerlo, sino que se va construyendo en cada quingo.
[iv] Concepto expuesto por el profesor Luciano Concheiro en agosto de 2016 en el evento Comuna y comunidad, con el cual se refiere a prácticas cotidianas desde otras cosmovisiones.